Además quiero contar pequeñas historias que os puedan ayudar.
Una persona muy cercana a mi, me cuenta que le ocurrió la siguiente anécdota, y que posteriormente la vida le ha dado oportunidades para acordarse de esta historia.
En verano y para buscarse algo de dinero, coincidiendo con unas elecciones locales, le ofrecieron a el y a algunos de sus amigos trabajar pegando carteles electorales.
Todas las tardes iban en bicicleta a una barriada de Sevilla, que se llama Santa Clara, antes el barrio de los americanos, para salir a pegar carteles.
Una tarde al llegar se dio cuenta que no llevaba los sobres de cola, y volvió a por ellos a casa, volviendo a Santa Clara, ya anochecido.
Cuando se dio cuenta estaba rodeado de algunos perros que le ladraban, y acelero la velocidad pero vio que no dejaba atrás a los perros y que cada vez los tenía más cerca.
En el afán de ir más rápido en la bici, se le resbaló el pie, perdiendo el equilibrio y cayendo al suelo, con el consiguiente estruendo de la bici, el cubo, y él quejándose.
Cuando creía que ya los perros los tenía encima, se dio cuenta que los perros asustados uian dando alaridos, y él en el suelo dolorido pero feliz.
Y es que a veces para ahuyentar a nuestros miedos o problemas no hay nada mejor que armar mucho ruido.
Que cada uno se aplique el cuento como bien le venga.
Vamos a por la receta.
Ingredientes.
Calabaza
Un par de zanahorias.
Un par de patatas.
Un puerro.
Un chorlito de aceite de oliva y un pellizco de sal.
Elaboración.
Pelar, lavar y trocear toda la verdura.
No cubrir del todo la verdura con agua, para que al pasar la batidora quede la crema gordita.
Echar un chorlito de aceite de oliva y la sal, y cocer durante unos 30 minutos.
Pinchar para comprobar que la verdura está tierna, apartar del fuego y triturar hasta conseguir una crema homogénea.
Yo voy a acompañar esta crema con unas rebanadas de pan frito, al que vamos frotar, una vez frito con un diente de ajo.
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